Consejos narrativos I: Simpatizar con el protagonista

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La página sufre algo de escasez de contenido últimamente, culpa de un servidor, así que se me ha ocurrido hablar sobre algunos pequeños consejos para mejorar vuestras historias. Voy a empezar con uno bastante básico pero que utiliza en la mayoría de historias, simpatizar con el protagonista. Sin duda, se trata de un consejo manido por las páginas web de escritura pero que explican como un concepto vago que requiere trabajar con el personaje a través de toda la trama. Yo os diré el momento decisivo para utilizarlo, cuando presentamos al protagonista.

El mejor momento para simpatizar con el protagonista de una historia es al principio, hay otros personajes que parecen malos y luego adoraremos por los giros en la historia, pero el protagonista debe cautivar a los lectores en la primera escena al ser el que cuenta con más peso en todo el conjunto de la historia. Para que el público simpatice con el protagonista, para que quieran que triunfe en su meta, solo basta con que haga “algo”, normalmente una buena acción. Un ejemplo que me gusta mucho para retratar dicha acción es la película de Aladdín de Disney. Aladdín aparece por primera vez en el mercado de Agrabah, lo que hace es robar para luego ser perseguido por la guardia. El público debe simpatizar con el protagonista y nos presentan a un ladrón que por norma provocaría el sentimiento contrario, aunque cuenta con una personalidad simpática y los guardias parecen los verdaderos delincuentes por su agresividad. Antes de finalizar la escena, cuando despista a la guardia, Aladdín se encuentra con un par de niños rebuscando comida en la basura. No duda en regalar su botín, que era una barra de pan, a un par de niños necesitado aunque ahora sea él quién pasará hambre.

Una acción tan sencilla hace que el público conecte con el protagonista, la clave es que dentro de la circunstancia de cada protagonista debemos encontrar el detalle que muestre su lado bueno o, al menos, nos haga conectar con su propósito. No hace falta que sea una buena acción, puede mostrar su lado cómico ante situaciones peligrosas. Por su parte, los antihéroes, que suelen caracterizarse por su falta de bondad, lo ideal es que muestren momentos donde la sociedad los maltratan o le dan de lado, que se aprecie la razón por la que son unos incomprendidos.

Espero que este consejo os ayude a mejorar el arranque de vuestros proyectos literarios. Próximamente os traeré nuevas ideas sencillas pero efectivas.

Lovecraft I: la vida del soñador

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Lovecraft dedicó su vida a un viaje sin retorno a otras dimensiones, reprodujo en sus relatos las manifestaciones de sus pesadillas, aunque también aprovechaba el abrigo nocturno para dar rienda suelta a sus aficiones: contemplar las estrellas, leer todo lo que tenía a su alcance y escribir. Pero después de la vigilia accedía al mundo de los sueños, donde sacaba las ideas para muchas de sus historias. El escritor de Providence se embarcó hacia una nueva dimensión oculta, un camino hacia el horror cósmico.

Hacer un análisis sobre Lovecraft es una tarea compleja debido a la manipulación que sufrió su figura al morir, una percepción deformada que es más cercana a los monstruos de sus relatos que a la realidad. También se desvirtuó la filosofía de sus textos que hablaban de horror cósmico, tema que la cultura popular eclipsa con las temibles criaturas de los Mitos. Pero para hablar sobre Lovecraft lo mejor es comenzar por el principio, hablar sobre su vida.

Infancia, educación e influencia de su madre

La figura de Howard Phillips Lovecraft está marcada por Providence, ciudad donde pasó la mayor parte de su vida. Nació el año 1890 en el seno de una familia bien que le permitió vivir sin preocuparse por trabajar, al menos durante su juventud. Su padre era comerciante y fue encerrado en un hospital (psiquiátrico) cuando Lovecraft tenía 2 años y medio, falleció tras cinco años interno, un mes antes de que su hijo cumpliera los 8. El joven Howard quedó a cargo de su madre y sus tías, con el apoyo de su abuelo. Su madre, Susan, es tratada con una de las influencias más tóxicas del autor, aunque también fomentó su interés por la literatura. Se dice que Susan sobreprotegió a Lovecraft, algo que le causó bastante problemas a lo largo de su vida. El pequeño Howard tenía el pelo largo y a veces su madre lo vestía como una niña, pero dejó de hacerlo sobre los 6 años. Según cuentan esto traumatizó gravemente a Lovecraft, provocándole complejos sexuales. A pesar de esto, él siempre consideró que tuvo una infancia alegre y normal, algo solitaria hasta que comenzó la escuela.

La relación con la madre está vinculada con la apatía hacia el sexo que sufría Lovecraft. Según declaraciones del propio autor, no sentía interés por el acto sexual al compararlo con instintos primitivos del subconsciente humano. En este sentido, mantenía una visión puritana. También se le tachó de machista por la falta de personajes femeninos dentro de sus relatos, y los que había no contaban con un gran trasfondo a pesar de que la mayoría de personajes masculinos siempre fueron bastante planos. Esto se relaciona con un sentimiento de misoginia por parte del autor, bien sea de forma consciente o no, la falta de sexo y mujeres en su obra es debido a la inexperiencia amorosa que tuvo en la vida real.

Otra consecuencia que se atribuye a la sobreprotección de su madre es la vida solitaria que mantuvo. Lovecraft contó con unos estudios autodidactas a cargo de Susan, utilizó la excusa de poseer una salud débil para evitar el colegio. Pero otros rumores hablan de que su madre no quería que el joven Howard se relacionara con otros niños de familias “inferiores”. Aun así, fue todo un niño prodigio, era capaz de recitar poesía con dos años y a los tres sabía leer. Su abuelo lo alentó a la lectura, abriéndole las puertas a un mundo inimaginable con su gran biblioteca. Lovecraft desarrolló una increíble imaginación en comparación a los niños de su edad, por contra sufría problemas para relacionarse con otros por una difícil adaptación. Cuando jugaba recreaba escenarios y sucesos históricos, imaginaba que escuchaba seres fantásticos provenientes de los sonidos del bosque e inventaba que podía existir un más allá en el espacio exterior. Era un niño capaz de apreciar detalles que pasaban inadvertidos para los demás.

Con 8 años por fin conoció la escuela, aunque dejó de ir tras un año. Durante los estudios descubrió las ciencias que pronto se convirtieron en una de sus aficiones, sobre todo química y astronomía que continuó estudiándolas durante su absentismo. La ciencia siempre estuvo muy ligada a su literatura, a pesar de los elementos sobrenaturales que incluía. La escuela le sirvió para salir de su ambiente familiar y hacer sus primeros amigos. Con su pandilla de amistades creó la Agencia de Detectives de Providence, influencia de uno de sus géneros favoritos, el detectivesco. Detalles como estos demuestran que tuvo una infancia con relaciones normales, desvirtuada por la exageración de los detalles atípicos de su vida. Volvió a la escuela para cursar secundaria, que abandonó definitivamente tras dos años y medio. Creó varios periódicos amateurs de ciencia y astronomía, el resto de su vida estuvo relacionado con asociaciones de prensa, alternando labores periodísticas con su literatura pero siempre desde el punto de vista de aficionado. Tras la muerte de su abuelo su familia quedó en una situación económica delicada, por lo que la publicación de sus artículos sirvió de alivio monetario a pesar de que nunca consideró la escritura como su verdadera profesión. Comenzó a cartearse con otros lectores y escritores de las revistas a las que era asiduo, ganando muchas amistades aunque fuera por correo. Las letras fueron la única vía en su aislamiento para compartir ideas a los demás.

Boda y estancia en Nueva York

El año 1921 fue un punto de inflexión para la vida de Lovecraft. Con 31 años perdió a su madre, una muerte que supuso un duro golpe para su moral. Además, sus problemas económicos le obligaron a aceptar algunos encargos, principalmente para retocar textos de otros autores. Pero lo más importante es la liberación personal que sufrió, se atrevió a abandonar su reclusión y realizar viajes más allá de las calles de Providence. Durante toda su vida jamás había pasado una sola noche fuera de su hogar. A los dos meses de la muerte de su madre asistió a una convención de escritores en Boston donde conoció a Sonia Greene, su futura esposa. Lovecraft sintió un fuerte afecto intelectual, una conexión mental y filosófica, aunque fue la propia Sonia quién tuvo que dar el primer paso para forjar algo más que una amistad. En el futuro, ella dijo que fue “un amante adecuado” ante los rumores sobre Lovecraft y su asexualidad. Se casaron el 3 de marzo de 1924 y posteriormente se mudaron a Brooklyn, Nueva York.

Nueva York supuso una nueva etapa para Lovecraft donde pudo relacionarse de primera mano con sus amistades, más allá de la correspondencia. Estas relaciones fortalecieron el Círculo de Lovecraft, una comunidad en la que diferentes autores y artistas, como Robert E. Howard o Clark Ashton Smith, participaban para expandir e incluir nuevos elementos en el universo creado por el autor. Un juego que sirvió para aumentar la riqueza de lo que posteriormente se conocería como los Mitos de Cthulhu. Aun así, a veces fingía no estar en casa para evitar a sus amigos, tiempo que aprovechaba para leer y escribir. Nueva York alimentó sus relaciones y favoreció al desarrollo de su universo literario pero también sirvió para acrecentar uno de los mayores defectos del escritor, el racismo. Nueva York era una ciudad repleta de personas de diferentes nacionalidades, aunque convivió en todo momento con amistades extranjeras, también atribuyó a los inmigrantes ciertos problemas como la dificultad de encontrar trabajo. Lovecraft fue un racista consciente, algo que sus amistades trataron de rebatirle siempre porque, a pesar de ser una persona defensora del método científico, mantenía la idea de que había diferencias genéticas entre las distintas razas, como los negros o los aborígenes australianos a los que consideraba inferiores de los anglosajones. La idea de las diferencias genéticas entre hombres era una idea extendida durante su época y que adoptaron los regímenes totalitarios, sin embargo, siempre se distanció de la idea de persecución del nazismo, pensando que los extranjeros podían redimirse asimilando la cultura americana. Su racismo tenía origen en la incultura que normalmente tienen los colectivos más humildes. De hecho, su esposa Sonia era de familia judía procedente de Ucrania. Suavizó su racismo en los últimos años de su vida nunca llegó a abandonarlo.

Su matrimonio vivió problemas económicos y Sonia se hizo responsable de Lovecraft, ante la imposibilidad de este de encontrar trabajo estable. Finalmente las diferencias entre la pareja se acrecentaron, llegando a una ruptura amistosa en 1927 que nunca llegó a realizarse legalmente a pesar de que se acabó todo contacto, sobre todo por parte de Lovecraft. El final de esta etapa le condujo a un fuerte rechazo hacia al estilo de vida neoyorquina, volviendo a su ciudad natal de Providence.

Regreso a Providence

En 1927 Lovecraft volvió a Providence con sus tías, consumido por una sensación de fracaso al sentirse abandonado ante la soledad y la frustración. Alimentó su hundimiento personal con paseos nocturnos y miedos invisibles, además de contar con una precaria situación económica. Asimismo, fue su etapa con mayor brillo literario al surgir su obra más memorable: La llamada de Cthulhu. Nunca abandonó la afición de cartearse con sus amigos, acrecentando la relación con jóvenes escritores que lo veían como referente. Aprovechaba ofertas de autobuses y trenes para visitar amigos en otras ciudades. Pero su salud se veía mermada por su constitución enfermiza y unos malos hábitos alimenticios. En sus últimas cartas hacía alusión a dolores insoportables y evitaba encargos literarios por dicha razón. Pasó un año agonizando hasta visitar tardíamente al médico que le pronostico cáncer en el intestino delgado agravado por una nefritis crónica. Finalmente murió una mañana del 15 de marzo de 1937 a los 46 años.

Con esto concluye la visión de la vida del soñador de Providence donde muchos echarán en falta referencias a su proyección literaria, al Círculo de Lovecraft y a los Mitos de Cthulhu. Pero eso es algo que os contaré en próximos artículos donde nos adentrarnos en las entrañas de un universo nacido de las pesadillas.

Ejercicios creativos para escritores II: juegos de rol

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La principal herramienta de los juegos de rol es la imaginación

Hace tiempo escribí un artículo hablando sobre unos sencillos ejercicios creativos para escritores, cuya finalidad era practicar con relatos que incluso podrían derivar en ideas para novelas o sagas de libros. Ahora os quiero hablar de un nuevo modo de alimentar la creatividad para contar historias. Os hablo de los juegos de rol.

¿Qué es un juego de rol?

Dentro de los juegos de rol tomamos el papel de diferentes personajes dentro de mundos ficticios, aunque pueden estar inspirados en la realidad. Cuando hablo de juego de rol me refiero a los de libro, como por ejemplo Dungeons and Dragons, Vampiro o Cultos innombrables. Aunque existen otros formatos como juegos de mesa, cartas, videojuegos, etc. Se tratan de sistemas de juego donde cada libro presenta sus propias reglas y características para interactuar con el mundo y otros personajes, sean jugadores o no. Lo normal es que una persona haga de máster, es decir, alguien se encarga de narrar las situaciones que viven los personajes, de interpretar a los pnj (personajes no jugadores) y controlar que se cumplan las reglas. Los jugadores cuentan con fichas para crear a sus personajes donde anotar las características, habilidades, dinero, objetos y cualquier información relevante para jugar. Los jugadores interpretan a sus alter egos de manera literal, actuando verbalmente como si de una obra de teatro se tratase, y tirando dados, para comprobar si son capaces de superar los diferentes desafíos.

Jugar al rol es participar activamente en narrativa

Los juegos de rol son narrativa viviente, es un ejercicio de improvisación constante donde los jugadores desconocen los peligros a los que se enfrentarán. Tomarán decisiones y sufrirán las consecuencias. Jugar al rol es una forma divertida de desarrollar la creatividad y adquirir nuevas ideas. Aquí me gustaría resaltar algo importante, el trabajo de máster no es el de conducir a los jugadores a la historia que quiera mostrarles, puede inventar y diseñar el mundo o tomar módulos ya construido, pero su función será la de mediar entre jugadores y el escenario. Jugar a rol sirve a los escritores para dar rienda suelta a la imaginación y dejarse llevar. Después de varias sesiones de juego seguro que florecen nuevas ideas para trasladar al mundo de las letras.

Aspectos a tener en cuenta

Hay muchos escritores, algunos autores publicitan sus libros haciendo referencia a esto, que cuentan historias basadas en sus experiencias con los juegos de rol. Un excelente punto de referencia para desarrollar una historia pero mi consejo es escribir una adaptación, tomando algunas ideas principales del juego y momentos decisivos pero cambiando otros y añadiendo nuevas tramas para que funcione la narrativa. Algunos escritores cuentan en sus libros escena por escena, calcadas de sus experiencias roleras con el resultado de una vorágine de sucesos que el autor recordará con nostalgia pero resultarán un caos para los lectores. Por no hablar que a veces las resoluciones de los conflictos dentro del juego son unos Deus Ex Machina de manual, que sirven en el momento pero que deben modificarse al adaptarlo.Por otro lado, si vuestro papel dentro del juego es el de máster no tratéis de construir una gran historia para contarlas a los jugadores, esa no es la función. Debéis dejar que sean los jugadores quienes conduzcan la trama. Siempre habrá momentos para hablar a los jugadores sobre detalles del mundo y personajes, no tratéis de obligarles a ir por un único camino marcado. Y por supuesto, participando como jugador también favorece las ideas narrativas, sobre todo para desarrollar personajes y practicar con diálogos.

Lo cierto es que me gustaría explayarme sobre los distintos sistemas de rol y otras recomendaciones para inexpertos pero no es el objetivo de este artículo. Puede que en el futuro vuelva a hablaros del tema.

Aprender de los malos libros

malos libros
Nos solemos alejar de los libros que menos nos gustan

Un ejercicio indispensable para mejorar nuestra escritura es leer mucho, aprender de la técnica de los buenos escritores, asimilar los recursos que utilizan y de paso aumentar nuestro vocabulario. Aunque el tiempo es finito y la pila de nuestros libros pendientes cada vez es más grande, los lectores habituales sabrán de lo que hablo. La cuestión es que tratamos de hacernos cada vez más selectivos. Antes de comenzar la lectura de un nuevo libro valoramos si es de los géneros que nos gustan, si su autor es reconocido o lo hemos leído antes, revisamos las críticas que encontramos por Internet, la opinión de amigos y toda información nos ayude a prever si nos gustará.

Yo lo reconozco, hace ya unos años que me he vuelto quisquilloso a la hora de decidirme por un libro. Tengo una larga lista de pendientes bien sea comprados o el punto de mira para hacerme con un ejemplar, y por mucho que digan otros hasta que no me adentro en sus páginas no soy capaz de saber si me gusta o no. Para mí, leer es un ejercicio de entretenimiento pero también de aprendizaje. En mi obsesión por descubrir buenas novelas rechazo toda aquella que no me atrape con su comienzo. Para esto vienen muy bien las primeras páginas gratuitas que se pueden leer en los libros digitales de Amazon. Incluso he aprendido a abandonar lecturas por resultarme pedantes. Al final me he dado cuenta de algo muy importante, los malos libros tienen mucho que enseñar. Nos ayudan a mejorar más que los buenos libros, por lo que deberíamos pensarlo dos veces antes de evitar ciertos títulos.

Primero quiero explicar a lo que me refiero con malos libros. No hablo de aquellos que son un atentado contra la literatura con fallos de ortografía, errores gramaticales, todos sus personajes planos, historias predecibles, aburridas, y sin estructura narrativa trabajada. No, hay que alejarse de los libros con dichas características. Cuando hablo de malos libros me refiero a aquellos que tienen tanto puntos buenos como malos a partes iguales. Sagas con su legión de seguidores pero que uno puede encontrar fallos que, sin ser muy frecuentes, cuando aparecen desafinan el conjunto. Cuando un protagonista es un Mary Sue, cuando resuelven conflictos con Deus Ex Machina, hay elementos del mundo incoherente o simplemente si notamos que se pasan con las descripciones.

Los errores que he explicado son fáciles de localizar, a diferencia de un libro de calidad que tendríamos que analizar a fondo su estructura, diseño de personajes, diálogos, etc. Cuando detectamos un error en la lectura que nos saca del contexto somos conscientes. Un buen libro nos atrapa y devoramos sus páginas para saber qué pasará a continuación, no nos damos cuenta de la razón, solo queremos más. Habría que estudiarlos. Los malos libros nos enseñan rápidamente, cuando encontramos errores los recordamos, e incluso podemos apuntarlos en una libreta. Cuando escribamos en el futuro nos alejaremos de aquellos diálogos con tan poca personalidad, evitaremos recursos manidos o adjetivos tan evidentes. Los malos libros nos enseñan a cómo no escribir, y ya es algo, incluso a veces tienen buenas historias, algún personaje memorable o situaciones divertidas, a pesar de los baches que estropean un poco la experiencia. Quizás debamos empezar a valorarlos como es debido los malos libros. Aunque siempre podemos abandonarlos para comenzar la siguiente lectura que espera en nuestra mesita de noche.

El camino de los reyes – Brandon Sanderson

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El camino de los reyes es el primer libro de El Archivo de las Tormentas de Brandon Sanderson

El Camino de los Reyes es el primer libro de la saga El Archivo de las Tormentas escrito por Brandon Sanderson, he de decir que se ha convertido en uno de los mejores libros de fantasía que he leído en los últimos años. Sanderson siempre nos sorprende con mundos de fantasía que se alejan de la fórmula tradicional de épica medieval con elfos y enanos. Es capaz de inventar con detalle culturas, ecosistemas y reglas de magia.

El mundo de El Camino de los Reyes

Las legendarias órdenes de los caballeros radiantes cayeron hace siglos aunque todavía perduran sus poderosas armas y armaduras esquirladas. Ahora, Roshar es un mundo azotado periódicamente por unas tormentas tan violentas que durante su paso los habitantes tienen que refugiarse para sobrevivir. En consecuencia, es común encontrar en tierra crustáceos y algunas especies de plantas marítimas. Por otro lado, existen unas esferas con gemas incrustadas que irradian luz que la sociedad utiliza como moneda. Existen aquellos capaces de absorber la luz de las esferas para utilizar unos misteriosos poderes mágicos.

Los protagonistas en El camino de los reyes

En El camino de los reyes encontramos tres protagonistas principales aunque el primer libro de la saga está orientado a descubrir principalmente el pasado de solo uno de ellos.

La historia comienza con el asesinato del rey de Alezkar, alguien cuya voluntad fue capaz de unificar a las casas más importantes que gobernaban el país. Pero el deseo de venganza por su muerte conduce a los grandes señores a combatir en una guerra sin sentido en las tierras yermas de las Llanuras Quebradas.

Kaladin es un joven que estaba predestinado a convertirse en cirujano por su jerarquía social pero siempre soñaba con convertirse en lancero para conseguir su propia arma esquirlada. Aunque de eso hace mucho tiempo, en la actualidad Kaladin es un esclavo que se dirige a las Llanuras Quebradas a trabajar en los puentes donde todo indica que no tardará mucho en morir. Cuenta con fuertes sentimiento de proteger a la gente cercana y odio por los ojos claros.

Le acompaña en todo momento una spren llamada Sylphrena, un ser fantasmagórico cuya raza habita por todos los rincones del mundo aunque su verdadera naturaleza es todo un misterio. Normalmente, cuando los spren interactúan con humanos es para gastarles bromas pesadas. Syl parece distinta a los otros de su especie, conforme más tiempo comparte con Kaladin parece recordar más de sí misma.

En la cúspide de las clases sociales está Dalinar, un ojos claros forjado por la guerra que se siente responsable de cuidar al actual rey, un joven inseguro hijo de su hermano asesinado. Dalinar trata de reagrupar a todos los ejércitos para terminar esta absurda guerra que parece haberse convertido en una competición sin final. Sufre el rechazo de sus iguales pues el honor de la guerra está en conseguir objetivos individuales en vez de responsabilizarse por su país.

Las tormentas provocan en Dalinar visiones del pasado que parecen mostrarle unos peligros que la sociedad ha olvidado y podrían resurgir en el futuro. Cuenta con su propia arma y armadura esquirlada.

Por otro lado, Shallan es una joven ingeniosa que desea convertirse en pupila de Jasnah Kholin, una famosa erudita que trata de desvelar los misterios de la historia de Roshar. Aunque Shallan en realidad quiere robar el moldeador de almas de Jasnah para solventar una deuda familiar que le conducirá a la desgracia.

Una obra memorable

El camino de los reyes es el punto de partida de la saga El Archivo de las Tormentas. Es un libro que atrapa desde un primer momento y mantiene en vilo durante sus 1200 páginas que no dan descanso a sus protagonistas. Nos encontramos ante un prólogo de una trama de la que se desconocen numerosos detalle pero los descubriremos en los 10 libros que Sanderson tiene planeado escribir. Si los siguientes libros siguen la misma estela, será una de las sagas más grandes de fantasía de la actualidad.

Técnicas de escritura de Brandon Sanderson

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Brandon Sanderson

Brandon Sanderson es uno de los autores de fantasía más relevantes de la actualidad, se trata del creador de sagas como Nacidos de la Bruma o El Archivo de las Tormentas. Su principal diferencia con otros referentes del género, por ejemplo George R.R. Martin o Patrick Rothfuss, es la rapidez con la que es capaz de terminar sus libros. Aunque él mismo no se considera un escritor rápido sino constante. En el siguiente artículo os contaré las principales técnicas de escrituras que emplea Brandon Sanderson para terminar sus libros, quizás os sirvan para aplicarlas en vuestros proyectos.

Ser constante

El mejor consejo que existe para convertirte en escritor es que escribas. Es obvio, pero a la hora de la verdad utilizamos cualquier pretexto para procrastinar. No importa que truene o tiemble el suelo, tu culo debe permanecer pegado en la silla sin distracciones. Brandon Sanderson trata de escribir cada día entre 2.500 y 3.000 palabras, aunque se toma los fines de semana como descanso. Utiliza un excel para llevar un registro, comprobar su progreso y calcular el tiempo que falta para terminar cada una de sus obras. Eso sí, si algún día no es capaz de llegar al cupo de palabras no hay problemas, no se impone un castigo, simplemente apunta lo que ha trabajado y mañana será otro día.

Para Sanderson, escribir tanto hace que entre en lo que denomina como «la zona», un estado de escribir inconscientemente, por inercia, donde es capaz de trabajar sacando el potencial oculto que lleva dentro. Este método de escribir se desarrolla cuando ya estamos tan acostumbrados a escribir que al ponernos a ello lo hacemos de forma automática, sin tener que pensar a cada línea para que quede perfecto. Es como si nuestra imaginación tomara el control sin necesidad de razonar.

Aunque 2.500 palabras al día puede ser un objetivo abrumador para escritores novatos. Lo ideal es que cada uno busque su límite, 500 palabras pueden ser un número ideal para comenzar.

La necesidad de revisiones y esquemas

Brandon Sanderson deja claro que existe una gran diferencia entre el primer manuscrito de cualquiera de sus libros y la versión final que termina publicándose. Declara la importancia de terminar el primer manuscrito para trabajar en revisiones que darán lugar a la versión final de la obra. Se declara como escritor mapa, es decir, prepara un esquema que él denomina sinopsis detallada con todo lo que quiere contar en el libro. Dicha sinopsis cuenta con una décima parte del total de la obra.

Aunque otros autores de éxito como Stephen King escriben a partir de una premisa, escritor brújula, a Sanderson le ayuda mucho partir de una estructura con el final para hilvanar las tramas y sucesos que van sucediendo en la historia. Hacer un esquema sirve como guía para ayudarnos con la estructura de la historia. Una herramienta muy útil para hacer esquemas narrativos es la escaleta.

Los borradores de Brandon Sanderson

El autor confirma que cada libro suyo requiere de como mínimo cuatro versiones de borrador antes de ser publicando. La secuela de Escuadron tuvo hasta 14 borradores porque una subtrama no funcionaba.

El primer borrador es un texto ilegible, se trata de un texto recién escrito sin las ediciones realizadas por el propio autor. Sanderson escribe los arcos argumentales de todos los personajes por separado. A partir de este borrador trabajará con correcciones, añadiendo o quitando escenas si así lo requiere la historia para ganar sentido.

El segundo borrador mantiene un buen equilibrio entre sus escenas. Ya tiene el ritmo y la estructura adecuada. Es una versión para enviar a su editor. Este texto será revisado por lectores alpha, profesionales de la editorial que buscarán fallos.

El tercer borrador se realiza a partir de las sugerencias de los profesionales, cuenta con un mayor pulido y suele eliminar un 10% de contenido innecesario. El texto está listo para enviar a los lectores beta que esta vez son fanes de la saga.

El cuarto borrador sería la versión lista para publicar, con algunos cambios sugeridos por los betas. Si la respuesta de estos es excesivamente negativa entonces volvería a reescribir las partes del texto que no funcionan, por lo que volvería a pasos anteriores.

Brandon Sanderson hace especial hincapié en una cuestión, avisa a los lectores nóveles que no cometan el grandísimo error de comparar su primer borrador con una versión publicada de sus autores favoritos. Nadie es tan bueno para conseguir dicha calidad de una sentada.

Los escritores profesionales cuentan con un equipo que les ayudan a pulir los textos y los borradores son reescritos una y otra vez hasta conseguir el resultado deseado. Sanderson también afirma que los cinco primeros libros de cualquier autor suelen ser mediocres necesitan experiencia para dominar la escritura.

Si eres un escritor novel que andas un poco perdido con tus proyectos literarios, te recomiendo Cómo escribir un libro: guía básica de narrativa. Se trata de un manual con todo lo que he aprendido en los últimos años sobre estructuras, recursos y demás herramientas para desarrollar una historia a partir de una idea.

como escribir un libro