Consejos narrativos I: Simpatizar con el protagonista

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La página sufre algo de escasez de contenido últimamente, culpa de un servidor, así que se me ha ocurrido hablar sobre algunos pequeños consejos para mejorar vuestras historias. Voy a empezar con uno bastante básico pero que utiliza en la mayoría de historias, simpatizar con el protagonista. Sin duda, se trata de un consejo manido por las páginas web de escritura pero que explican como un concepto vago que requiere trabajar con el personaje a través de toda la trama. Yo os diré el momento decisivo para utilizarlo, cuando presentamos al protagonista.

El mejor momento para simpatizar con el protagonista de una historia es al principio, hay otros personajes que parecen malos y luego adoraremos por los giros en la historia, pero el protagonista debe cautivar a los lectores en la primera escena al ser el que cuenta con más peso en todo el conjunto de la historia. Para que el público simpatice con el protagonista, para que quieran que triunfe en su meta, solo basta con que haga “algo”, normalmente una buena acción. Un ejemplo que me gusta mucho para retratar dicha acción es la película de Aladdín de Disney. Aladdín aparece por primera vez en el mercado de Agrabah, lo que hace es robar para luego ser perseguido por la guardia. El público debe simpatizar con el protagonista y nos presentan a un ladrón que por norma provocaría el sentimiento contrario, aunque cuenta con una personalidad simpática y los guardias parecen los verdaderos delincuentes por su agresividad. Antes de finalizar la escena, cuando despista a la guardia, Aladdín se encuentra con un par de niños rebuscando comida en la basura. No duda en regalar su botín, que era una barra de pan, a un par de niños necesitado aunque ahora sea él quién pasará hambre.

Una acción tan sencilla hace que el público conecte con el protagonista, la clave es que dentro de la circunstancia de cada protagonista debemos encontrar el detalle que muestre su lado bueno o, al menos, nos haga conectar con su propósito. No hace falta que sea una buena acción, puede mostrar su lado cómico ante situaciones peligrosas. Por su parte, los antihéroes, que suelen caracterizarse por su falta de bondad, lo ideal es que muestren momentos donde la sociedad los maltratan o le dan de lado, que se aprecie la razón por la que son unos incomprendidos.

Espero que este consejo os ayude a mejorar el arranque de vuestros proyectos literarios. Próximamente os traeré nuevas ideas sencillas pero efectivas.

Receta para crear verdaderos protagonistas

crear protagonistas
Los protagonistas disponen de objetivos y fuerza de voluntad

Crear un buen protagonista es indispensable para que funcione nuestra historia. Aunque pueda parecer un personaje como otro cualquiera, la realidad es que sobre él recae la responsabilidad de conducir al lector por la historia principal. Sus acciones están relacionadas con los sucesos más importantes de la trama, por lo que todo autor debe introducir algunas características a este tipo de personaje. Con los siguientes consejos espero que aprendáis cómo desarrollar verdaderos protagonistas.

Cuentan con fuerza de voluntad

La fuerza de voluntad del protagonista será lo suficientemente grande para que sus decisiones impliquen cambios en su vida, sus decisiones tendrán significado y a veces consecuencias irreversibles. La forma que tienen los personajes de dirigir la trama es por medio de decisiones. Aunque esto no quiere decir que estén durante toda la aventura en conflicto contra adversidades.

A veces sus decisiones serán erróneas, pero nunca se quedará a la espera de que el destino solucione sus problemas con fuerzas aleatorias o externas.

Tienen deseos y objetivos

Los deseos y objetivos del protagonista son metas conscientes que tratará de alcanzar por medio de su fuerza de voluntad. La meta puede ser muy variada como alcanzar un sueño, una necesidad o conseguir un objeto útil o valioso, pero siempre debe contar con la condición de conocer previamente dicha meta.

Del mismo modo, el deseo del protagonista puede cambiar a lo largo de la historia, adaptándose a sus necesidades o dependiendo de la situación en que se encuentre.

Deseo inconsciente y contradictorio

Esta característica es opcional pero dota de mayor profundidad al protagonista. A veces el deseo consciente surge por presiones externas como responsabilidades o el qué dirán. Otras veces el personaje simplemente guarda una meta en su subconsciente que él mismo desconoce.

El deseo inconsciente pone en conflicto al protagonista, produciendo situaciones contradictorias que cuestionan lo que se espera de él contra lo que realmente quiere.

Convicción con su meta

El objetivo cuenta con un significado relevante para el protagonista. Cree en él y por ello lucha contra la adversidad para conseguirlo. El objetivo está relacionado con la personalidad del protagonista y su entorno. No buscará lo mismo un personaje mezquino y mentiroso que otro valiente y honorable.

Oportunidad para conseguir su deseo

Al igual que su deseo tiene que ser convincente, también deberá ser posible. El tiempo y esfuerzo que gasta en obtenerlo está justificado por su recompensa, aunque al final no lo consiga.

Aunque solo disponga de una oportunidad, por mínima que sea, y para ello deba enfrentarse a otros aspirantes, la meta del protagonista siempre podrá ser alcanzada en algún punto de la trama. También aprenderá o contará con las cualidades y características que le conducirán hasta su meta.

La empatía

Da igual que el protagonista desprenda simpatía o sea un incomprendido, la empatía es crucial para congeniar con los lectores. La empatía implica que otros serán capaces de ponerse en su lugar, comprender su situación y decisiones. Si el público entiende las razones de sus actos, habremos creado un fuerte vínculo entre ellos y la historia. Para ello, lo mejor es mostrar sus sentimientos, su día a día y transmitir las razones que le mueven.

Cómo dotar de profundidad a los personajes

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Las máscaras ocultan la verdadera personalidad

Los personajes y las estructuras narrativas viven en simbiosis dentro de las historias. Los personajes son el motor, muestran al lector el mundo que los contiene, lucen sentimientos y se relacionan entre ellos. Las estructura narrativas son las sendas que recorren los personajes de las cuales os he hablado en bastantes ocasiones. Hoy nos centraremos en los personajes, con una forma de potenciarlos.

El personaje y su caracterización

La caracterización la definimos como el total de cualidades que se pueden observar en una persona (o personaje). Su personalidad, la forma de hablar, la gesticulación, el tipo de ropa que viste, peinado, etc. podríamos decir que la caracterización es la primera impresión que tenemos de una persona al conocerla, o la imagen que transmite alguien famoso por los medios de comunicación.

Pero no nos confundamos, la caracterización no define a un personaje al completo. Tan solo es un atributo más del conjunto, la máscara que oculta la verdadera personalidad. Una herramienta que utilizamos todas las personas para integrarnos en la sociedad y no ser rechazadas por ser o pensar diferentes.

Muchos autores se valen de la caracterización para definir a sus personajes y punto. Los valores que muestran al principio los definen hasta el final de la historia. Quizás evolucionen, adquiriendo nuevos valores o corrigiendo defectos, pero nunca se desprenden de sus máscaras. Es un gran error generalizado.

El poder de la presión

Para sacar a relucir el verdadero comportamiento de una persona lo mejor es utilizar la presión. La presión como riesgo. Forzar a tomar decisiones que tengan tanto consecuencias negativas como positivas. Desde una posición cómoda es muy fácil elegir, la presión muestra la verdadera naturaleza de cualquiera.

Aunque la presión absoluta también es engañosa. En muchas historias populares, que siguen el viaje del héroe, el protagonista pierde todo lo que daba sentido a su vida cotidiana antes de embarcarse a la aventura. Por ejemplo, en La guerra de las galaxias Luke pierde a sus tíos antes de seguir a Obi-Wan. Pero su primera decisión, al enterarse de la auténtica condición de su padre y la posibilidad de convertirse en Jedi, fue volver al trabajo lamentando la regañina que se iba a llevar. La verdadera naturaleza de Luke fue cobarde.

Los personajes no son lo que parecen

Si queremos crear personajes profundos hay que jugar con la caracterización, el riesgo y la naturaleza escondida. La mayoría de historias de la actualidad evitan conflictos con verdaderos riesgos. Las personas guardamos sentimientos en nuestro interior, ideas que contradicen a la sociedad y que tratamos de ocultar por el qué dirán.

La trama debe conducir a los personajes a situaciones de riesgo, que cuestionen la moralidad. Imaginad a un hombre que mantiene una relación amorosa con una mujer a punto de dar a luz. Independientemente de las circunstancias, ante una complicación debe decidir si deja morir a la madre o al niño. Separarse de su compañera sentimental o enfrentarse a una madre que perdió a su hijo y no le perdonará nunca. Dar la posibilidad a su hijo de llegar al mundo para crecer o negarle la existencia.

El ejemplo es un tanto exagerado pero sirve para comprender hasta qué límites podemos sorprender comprometiendo a los personajes. Pensemos en situaciones que muestren valor o cobardía, mentira o verdad, avaricia o altruismo, etc. Dotemos a nuestros personajes de defectos que tratan de ocultar a los demás, haciéndolos más realistas. Pero sobre todo alejémonos de la perfección y de personajes planos que nos muestren desde un principio de lo que son capaces sin quitarse nunca su máscara.

6 Preguntas para crear un personaje

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Luke, Leia y Han

Crear personajes creíbles y profundos es un objetivo que busca todo autor para su obra. Muchos autores declaran que es mejor buenos personajes en una historia mediocre que al contrario, pero darles verosimilitud o un trasfondo potente es un quebradero de cabeza. El proceso de crearlos es complejo pero las 6 preguntas para crear un personaje que propongo a continuación son un gran comienzo para que al menos su papel en la historia funcione.

¿Quiénes son esos personajes?

Necesitan una historia, un pasado. Si solo le damos un nombre y los utilizamos cuando la historia los requiera estaremos ante simples marionetas. Cada personaje debe contar con una vida, como las personas que nos cruzamos cada día en nuestro barrio. La forma de vestir, la manera de hablar, las manías, su profesión, cada detalle del personaje es una proyección de sus logros y derrotas.

No hace falta que todos hablen sobre su vida, los detalles demostrarán más que las palabras. Además, como escritores, al tener en cuenta un trasfondo nos servirá para moldear su personalidad, haciéndola diferente del resto.

¿Qué quieren?

Los personajes necesitan un objetivo, un sentido para sus acciones, una meta para continuar. Los objetivos serán el motor de la trama, bien sea para avanzar o para entorpecer. Tampoco necesitan elementos pretenciosos, un simple vaso de agua es la meta ideal para un personaje sediento.

Las metas justificarán las acciones de cada personaje, les dotará de más realismo que si solo actuaran para el mero avance de la historia.

¿Por qué lo desean?

Por qué desean ese objetivo y no otro. Puede ser por necesidad, por capricho pero nunca una excusa para la historia. Los deseos provocan motivación y esto se trasmite en las acciones. Si un personaje actúa por miedo a represalias mostrará una voluntad distinta a otro que lo haga por curar la enfermedad de alguien querido.

¿Qué hacen para conseguirlo?

Esta pregunta hace referencia a cómo participa el personaje en la historia. Sus acciones determinarán el avance. Dependiendo de su personalidad, objetivo y motivaciones intervendrá en la historia con mayor o menor impacto. Un personaje principal contará con mayor relevancia que un secundario.

¿Qué les detiene?

Son las dificultades que encuentra o a las que se enfrenta para conseguir su objetivo. Pueden ser otros personajes o carencias físicas o materiales. Son los impedimentos que encontrará durante la trama.

¿Cuáles son sus consecuencias?

Las consecuencias de participar en la historia, de buscar sus objetivos y enfrentarse a las dificultades. Cada decisión tendrá un resultado para bien o para mal, produciendo el avance de la historia.

Las consecuencias también son la evolución de los personajes, las diferencias que guardan respecto al comienzo. Los buenos personajes evolucionan: aprenden de la experiencia o adquieren traumas por las adversidades. Al final de toda historia debemos preguntarnos cómo han cambiado los personajes. Espero que con estas preguntas para crear un personaje lo tengas más fácil a la hora de desarrollar tu propia historia.

Mary Sue: la ruina de la perfección

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Una gran mujer real no es perfecta

En narrativa, Mary Sue se refiere a un arquetipo de personaje, normalmente protagonista. A grandes rasgos, Mary Sue es un prototipo de chica ideal: joven, hermosa y muy popular. Es capaz de superar cualquier tipo de adversidades sin apenas experiencia. Sin embargo, cuando denominamos a un personaje como Mary Sue, estamos tachando al personaje como un fracaso, es decir, posee características pobres y recurrentes. Como escritores, debemos evitar este tipo de personajes para evitar que la obra caiga en la mediocridad.

Aunque Mary Sue se refiera a un tipo personaje femenino también existe su equivalente masculino, conocido como Gary Stu o Marty Stu. Aunque a veces se le llama igualmente como Mary Sue. El significado de Mary Sue no difiere de Gary Stu, solo cambia su sexo. Originalmente, Mary Sue se creó a forma de sátira de los fanfictions que abusaban de este arquetipo, a partir de entonces se emplea para definir a ese tipo de personaje.

Evitar las características de Mary Sue hace que nuestros personajes sean más interesantes, sobre todo los protagonistas, pero incluir alguna de sus características de forma aislada no es malo. El problema viene cuando agrupamos casi todas. Por ello, en esta entrada os contaré sobre dicho arquetipo. Hace tiempo que quería hablar sobre personajes, desde que llamó la atención cuando me referí a los personajes como herramientas en el Tag de escritor.

La proyección idealizada del autor o autora

Mary Sue resulta consecuencia, consciente o inconsciente, de que el autor quiera introducirse dentro de su propia obra. Es frecuente que autor y personaje tengan el mismo sexo, aunque siempre habrá excepciones. Se podría decir que es una especie de autorretrato narrativo.

Esto no es algo negativo per se, es una seña de identidad o una huella propia dentro de la obra. Introducir un personaje con características similares a las del autor sería el equivalente en pintura al autorretrato. El problema viene cuando el físico del personaje es una idealización del autor, cuando los defectos desaparecen y se convierte en la figura popular de su obra. Si el protagonista se postula como un alter ego perfeccionado del autor, acabará siendo una Mary Sue o un Marty Stu.

El universo gira alrededor del personaje

Lo normal es que el mundo se desarrolle independientemente de lo que suceda con los personajes protagonistas. A pesar de ello, con el arquetipo Mary Sue todo parece rotar en torno a ellos. Un mundo vivo proporciona realismo, un escenario imaginario debe funcionar sin necesidad del protagonista. Pero para Mary Sue, la casualidad interfiere a su favor todo el tiempo, haciendo que sea el centro del mundo ficticio. El universo conspira para cumplir sus ambiciones y objetivos. El mundo es creado a medida del protagonista, o de ciertos personajes, lo cual creará bastantes grietas en la historia, amoldándose e improvisando a cada momento.

Alguien sin defectos e ídolo de masas

Todos tenemos defectos, hay quienes los esconden a los demás o, algo más sano, quienes los toman con sentido del humor. Sin embargo, Mary Sue carece de defectos, al menos de defectos que se vuelvan en su contra. Es más, cuando presenta alguno lo acaba utilizando a su favor. El personaje es increíble en todos los sentidos, cosa que le acaba restando credibilidad. Suele disponer de un talento artistico, como músical, a un nivel experto aunque sea muy joven.

Un personaje con unas cualidades tan buenas es irreal. Provoca que el lector no sienta empatía, al no tener nada en común. Alguien tan perfecto acaba resultando repulsivo.

Por otro lado, Mary Sue gana la aceptación de los demás sin ningún esfuerzo. Es alguien muy popular. Esta popularidad no cuenta con justificación, existe por que sí. Incluso los enemigos o detractores de Mary Sue sienten envidia por sus cualidades.

Como consecuencia, más de un personaje acabará locamente enamorado de Mary Sue. Aunque al final la relación se producirá con el favorito del autor. Los sexos opuestos enamorados serán Gary Stu o viceversa. El romance estará lleno de clichés.

Mary Sue guarda un poder especial y dispone de rasgos raros o exóticos

Uno de los secretos mejor guardados por Mary Sue es su cualidad dormida que espera para sorprender en el momento adecuado. Aparecerá a lo Deus Ex Machina. Puede ser un poder mágico o que sea familia de alguien verdaderamente importante o especial, cuya revelación le proporcionará grandes privilegios. Sea una cosa u otra, provocará que la balanza se tuerza una vez más a su favor. Si ya destacaba por sus habilidades, ahora será aún mejor.

En el aspecto físico de Mary Sue encontramos rasgos raros, como pelo rojo y a la vez ojos verdes, con características de una raza poco común en su mundo o cualquier excentricidad que se le ocurra al autor, como ojos de diferente color. Algo que le hace destacar y a la vez ser diferente del resto.

Pasado trágico

Mary Sue cuenta con un pasado trágico y fuera de lo común. Ha perdido a su familia, u otros seres queridos, en un accidente. Quizás ha sufrido algún trauma a muy temprana edad o cualquier inconveniente que hundiría a cualquier persona normal. El principal objetivo de este tipo de pasado es sentir lastima por el personaje. Por sí solo, un pasado trágico para no es negativo. El problema radica cuando afecta tan poco a la voluntad del personaje.

Personalidad mal definida

La personalidad de Mary Sue es anodina, cambiante, parece adaptarse a cada situación. Unos rasgos tan perfectos difieren del entorno imperfecto. Momentos de humor contrastan con los de melancolía, porque lo exige el guion. Solo muestra debilidad en momentos clave, otra vez por causa del guion. Las características del personaje se diluyen a lo largo del tiempo, al ser un cúmulo de actuaciones para conseguir sus objetivos, mostrando al final una personalidad plana y contradictoria.

El encanto de cualquier personaje viene de sus errores, de las imperfecciones que lo convierten en humano. Perder es una opción, siempre lo ha sido. Todos tenemos defectos y por ello nos sentimos identificados con personajes que también los tienen.

El miedo de crear una Mary Sue

Mary Sue se convierte en un estigma negativo para los creadores. Esto provoca un problema dentro de la literatura a la hora de crear personajes femeninos, sobre todo por parte de las autoras. La “paranoia de Mary Sue”, un miedo a que el personaje se tache como dicho arquetipo. Por ello, se evita la proliferación de personajes femeninos, cosa que veo como un tremendo error. Se deben crear personajes femeninos.

Es fácil cumplir alguna de las características de Mary Sue, pero que nuestros personajes posean alguna de dichas características no es malo. Lo sería cuando acumulamos una gran cantidad de los puntos anteriormente citados. Si encontráis que vuestros personajes cuentan con alguna de las características de Mary Sue no hay que alarmarse. Es más, el viaje del héroe implica algunos elementos propios de Mary Sue. Aunque detalles como tanta perfección, que el mundo gire a su alrededor o una personalidad mal definida si son características a evitar.

Mary Sue suele funcionar en un público joven o en gente poco iniciada en el mundo de la literatura. Por ello su popularidad en los fanficctions. Tampoco debemos sentirnos inferiores si alguna de nuestras historias favoritas cuentan con estos personajes, o si nos gustan.

El nombre del viento
Kvothe es Mary Sue

Para mí, un gran ejemplo de Gary Stu es Kvothe, protagonista de El nombre del viento y El temor de un hombre sabio. Paradójicamente la saga de Crónica del Asesino de Reyes, de Patrick Rothfuss, es tremendamente popular y exitosa. Con millones de ventas a sus espaldas. En mi opinión, Patrick cuenta su historia con una prosa amena y sencilla de leer que nos introduce a un mundo lleno de detalles. Por contra, el protagonista es un Gary Stu en potencia, cosa que, al menos a mí, lastra la experiencia y acaba sacando de su mundo. Pero incluso utilizando el arquetipo, la obra ha acabado catapultándose hasta lo más alto de la literatura fantástica. Parece contradictorio.

El viaje del héroe: los 7 arquetipos o personajes de toda historia

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Ilustración de Wojtek FUS

Los personajes forman un pilar fundamental en el desarrollo de una novela o película, nos conducen a través de la historia con sus propias acciones. Cada uno de ellos contiene unos arquetipos que definen la función que desempeñará dentro de una obra. Los arquetipos son máscaras, roles de los personajes. La función de un personaje puede cambiar a lo largo de la historia o combinar varias características a la vez.

En el viaje del héroe de Joseph Campbell también se habla sobre los personajes, si no leísteis la introducción sobre su teoría del monomito os invito a conocerla. Unas de las ideas presentadas por Campbell es que toda buena historia incluye a los mismos tipos de personajes. Más concretamente hablamos de 7 tipos de personajes que encontraremos en cada uno de nuestros libros o películas favoritas. Sus arquetipos de personajes pueden ser literales o simbólicos, por lo que servirán para cualquier género literario.

1. El héroe

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Ilustración de Jun Suemi

Es el eje de la trama, toda historia cuenta con un héroe o heroína, alguien común y corriente en un principio para identificarse con la audiencia debido a las circunstancias que sufre, por sus motivaciones y deseos. El héroe empieza con pequeños problemas que debe solventar, luego ganará sabiduría y poder que le conducirán a enfrentarse contra unos conflictos mayores. Es un rol que busca completarse a sí mismo, que recorre el camino para transformarse en héroe. Ejecuta las acciones decisivas de la historia, sacrificando algo valioso para continuar en su travesía.

Es un personaje con virtudes y defectos, demostrará valor en situaciones peligrosas pero también será susceptible a un ataque de ira cuando tenga todo en su contra. El héroe no es perfecto, incluso puede tratarse de un antihéroe que cargue con desgracias y situaciones negativas en sus espaldas, enseñando una visión más oscura y mezquina del mundo.

2. El heraldo

El heraldo es la llamada del héroe hacia la aventura, es el mensaje, quien anuncia los sucesos venideros. No es obligatorio que sea un personaje, puede tratarse de un objeto como una carta o un evento catastrófico que provoque la llamada. No hay limitaciones para que varios heraldos promuevan el cambio en una misma historia, mostrando nuevos desafíos o rumbos por recorrer.

3. El mentor

El mentor es la persona sabia que guía al héroe, proporcionando consejos útiles. En ocasiones es un reflejo del potencial que puede alcanzar el héroe, una aspiración. Otras veces solo será un personaje cuyo encuentro arranque el velo que ocultaba las verdaderas causas de los problemas, otorgando al protagonista posibles soluciones a sus conflictos. El mentor es un héroe que ya ha recorrido su propio viaje. No se limita a un único personaje y puede tratarse de un enemigo.

4. El guardián del umbral

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Ilustración de Anton Fadeev

El umbral es la frontera entre el mundo conocido y lo desconocido, en ellos el guardián impide el progreso y el héroe demostrará su valor. No hay límites para los guardianes: son los esbirros del enemigo, el aliado que quiere medir sus fuerzas, obstáculos en el camino o el pasado o los sentimientos que el héroe quiere abandonar.

El enfrentamiento con el guardián sirve para medir fuerzas antes de continuar por otros derroteros. Siempre encontraremos alguno antes de atravesar un umbral.

5. El bufón

Es un personaje que hace travesuras y proporciona alivio cómico. Suele acompañar al héroe en su viaje, a veces solitario, procurando humanidad, recordándole su procedencia. No es obligatorio que el personaje se limite a bromas, estamos hablando de un bribón o embaucador cuyo arquetipo principal es la picaresca.

6. El camaleón

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Ilustración de Thomas Blackshear

También es conocido como la figura cambiante, su rol transforma el rumbo de la historia. Es el arquetipo más complejo de todos, sirve para no dar descanso a los lectores, para mantenerlos en tensión y no saber qué ocurrirá a continuación. Son quienes acompañan al héroe para traicionarlos, los villanos que en realidad están del lado del bien o el bufón que finalmente se descubre como mentor.

El camaleón se muestra como una figura de desconfianza para preguntarnos qué trama en realidad. Su rol puede cambiar varias veces y no será hasta mucho más adelante cuando descubramos sus verdaderas intenciones. Cualquier personaje puede ser un camaleón siempre que sirva para sembrar la duda.

7. La sombra

Por último os presento al villano, la figura del mal que acecha en cada rincón del camino del héroe y este debe derrotar. Todo héroe que se ha entrenado y superado conseguirá derrotar a la sombra en el final de la trama. Representa las ideas contrarias al héroe, es una proyección de él si fracasa en su viaje, también es todo lo opuesto al mentor. La sombra puede contener las ideas del bien erróneamente interpretadas o contenidas en su interior.

Espero que os hayan servido los arquetipos de personajes, todavía me queda otro artículo para desarrollar el viaje del héroe. Comentad vuestra opinión y hasta la próxima.