Cómo evolucionar a los personajes dentro de tu historia: eneagramas

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La estrella de eneagramas nos indica el rumbo de la evolución de los personajes

Desarrollar buenos personajes es fundamental para atrapar a los lectores con nuestra historia, sus decisiones e identidades marcarán el rumbo de la trama y los conflictos a los que se enfrentarán durante el camino. Las características de los personajes no son inamovibles, deberían evolucionar durante la trama, su crecimiento a lo largo de la aventura les proporcionará profundidad y les hará cambiar de objetivos. Los cambios de mentalidad, de valores o actitudes los dotarán de mayor realismo para atrapar el interés de los lectores.

La evolución de un personaje a lo largo de una historia puede ser positiva o negativa, una persona crédula empezará a desconfiar de todo el mundo si debido a su inocencia se aprovechan de ella de forma reiterada. Hay que tener en cuenta que la evolución no será radical, será acorde a su identidad original y los eventos que viva. Para trabajar la evolución de los personajes os hablaré de los eneagramas.

¿Qué es un eneagrama?

Un eneagrama es una herramienta psicológica que define las características que predominan en la identidad de una persona. Es el resultado de un test donde indica la personalidad que tiene una persona dependiendo sus vertientes emocionales, mentales e instintivas. Más allá de la veracidad de estos test dentro del campo de la narrativa nos pueden servir para establecer las características de los personajes en nuestras historias. Existen 9 tipos de perfiles diferentes según predominen ira, orgullo, lujuria, gula, envidia, pereza, miedo o vanidad.

Tipos de eneagramas

1. El reformador

Se trata de una persona que cuenta con unos principios éticos bastante arraigados. Sus creencias son capaces de diferenciar perfectamente el bien y el mal. No implica que estén en lo correcto sino que tienen claro su sentido del bien. Se esfuerzan por mejorar el mundo que les rodea, bien sea con acciones que ayuden o impartiendo sus creencias a los demás. Son perfeccionistas, críticos e impacientes. Guardan sentimientos reprimidos de rabia en su orientación negativa. En su mejor faceta son sabios, nobles y heroicos. Pueden ser maestros capaces de abrir los ojos a sus alumnos o cruzados que luchan en nombre de la justicia.

2. El ayudador

Cuentan con una personalidad que se interesa por los demás, son sinceros, bondadosos y complacientes. Se preocupan por que los tengan en alta estima, para ello suelen regalar obsequios o realizan favores para sentirse útiles o generar confianza. En general disponen de problemas para reconocer sus propios problemas y cuidar de ellos mismos. En su mejor faceta son altruistas y generosos que cuentan con amor incondicional de los que les rodean y con ellos mismos.

3. El triunfador

Son aquellos que tienen el éxito como estilo de vida, personas seguras de sí mismas con capacidad de seducir a los demás con su atractivo o encanto. Cuentan con grandes energías, son competentes y ambiciosas. Suelen preocuparse en gran medida de su imagen, tanto física como moral, además de ser conscientes de su estatus. Pueden tener problemas de adicción al trabajo y de competitividad para destacar sobre sus compañeros. En su mejor faceta se aceptan tal y como son, son auténticos y modelos ejemplares que inspiran a otros.

4. El individualista

Es alguien soñador e introspectivo. Son conscientes de sí, sensibles y reservados. Pueden ser caprichosos y tímidos. A pesar de ser personas muy emocionales ocultan sus sentimientos a los demás al sentirse vulnerables e inferiores, también pueden mostrar indiferencia a los demás y a sus estilos de vida corriente. En su mejor faceta son personas creativas llenas de inspiración, capaces de evolucionar con las nuevas experiencias.

5. El investigador

Se trata de personas impulsivas y racionales, cuentan con gran curiosidad y perspicacia para centrar su atención en desarrollar nuevas ideas y desentrañar problemas complejos. Son independientes y pueden obsesionarse con sus propios pensamientos o proyectos imaginarios. No les gusta comprometerse fácilmente. En general presentan problemas de nerviosismo, aislamiento y excentricidad. En su mejor faceta son grandes pioneros con sus proyectos y están en la vanguardia al ser capaces de innovar con sus ideas.

6. El leal

Una personalidad comprometida y que desprende seguridad. Se trata de personas en las que podemos confiar, muy eficaces en trabajos que requieran gran responsabilidad. También pueden presentar actitudes defensivas al ser evasivas y nerviosas, pueden trabajar hasta el estrés. A veces son cautos e indecisas, sus acciones suelen ser reactivas, desafiantes y rebeldes. Cuentan con problemas de inseguridad y desconfianza. En su mejor faceta presentan gran estabilidad interior, son seguros de sí e independientes. Dan su apoyo a los más débiles y necesitados.

7. El entusiasta

Se trata de personas productivas y atareadas, son versátiles, con gran optimismo y presentan de forma espontánea ideas prácticas. Al tener una actitud juguetona y animada presentan facetas de desorganizados e indisciplinados por tratar de abarcar en exceso. Siempre buscan nuevas experiencias que los estimulen, pero tanta actividad los agota. En su mejor faceta son alegres, capacitados y muy agradecidos, siempre realizando tareas dignas.

8. El desafiador

Se trata de alguien autoritario y poderoso, son personas fuertes, muy seguras y capaces de imponerse ante los demás. Son protectoras, decididas y con ingenio, aunque también cuentan con orgullo. Piensan que deberían estar al mando del entorno y por eso suelen intimidar y retar. Con tanta intimidación pueden tener problemas con el resto de personas. En su mejor faceta usan su potencial para mejorar el estado de los demás, siendo grandiosos, buenos y presentando actitudes heroicas.

9. El pacificador

Se trata de personas humildes y acomodadas. Suelen ser confiados, bondadosos y conformistas con las situaciones que se les presentan. Ofreces su apoyo y soportan situaciones intolerables de algunas personas para que se mantenga la paz. Desean que todo funcione sin problemas, sin conflictos, por lo que a veces se acomodan para minimizar los cambios impredecibles. Suelen presentar problemas de pasividad y son testarudos. En su mejor faceta son incorruptibles y capaces de unir a su entorno para solucionar grandes problemas y conflictos.

Cómo utilizar los eneagramas con nuestros personajes

Los diferentes eneagramas cuentan con su propio número. Si nos fijamos en la imagen que acompaña el artículo los tipos de eneagramas se relacionan con las aristas de la estrella, un personaje puede cambiar con el paso del tiempo, al sufrir diferentes experiencias. La estrella de los enegramas sirve para saber hacia la nueva personalidad donde se mueven los distintos personajes. Por ejemplo, un personaje reformador con un sentido muy arraigado de la justicia puede volverse un individualista al ver que las personas que le rodean hacen caso omiso a sus advertencias sobre el mal de sus acciones, pasando a preocuparse por sí mismo antes que por el bien común. Otro ejemplo está en los propios tipos de eneagramas donde hablo de problemas que pueden presentar y su mejor faceta. La clave está en establecer una coherencia en la evolución de los personajes para que el lector sienta los cambios como un efecto natural y verdadero.

Daniel Arrebola
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