Crear un buen protagonista es indispensable para que funcione nuestra historia. Aunque pueda parecer un personaje como otro cualquiera, la realidad es que sobre él recae la responsabilidad de conducir al lector por la historia principal. Sus acciones están relacionadas con los sucesos más importantes de la trama, por lo que todo autor debe introducir algunas características a este tipo de personaje. Con los siguientes consejos espero que aprendáis cómo desarrollar verdaderos protagonistas.
Cuentan con fuerza de voluntad
La fuerza de voluntad del protagonista será lo suficientemente grande para que sus decisiones impliquen cambios en su vida, sus decisiones tendrán significado y a veces consecuencias irreversibles. La forma que tienen los personajes de dirigir la trama es por medio de decisiones. Aunque esto no quiere decir que estén durante toda la aventura en conflicto contra adversidades.
A veces sus decisiones serán erróneas, pero nunca se quedará a la espera de que el destino solucione sus problemas con fuerzas aleatorias o externas.
Tienen deseos y objetivos
Los deseos y objetivos del protagonista son metas conscientes que tratará de alcanzar por medio de su fuerza de voluntad. La meta puede ser muy variada como alcanzar un sueño, una necesidad o conseguir un objeto útil o valioso, pero siempre debe contar con la condición de conocer previamente dicha meta.
Del mismo modo, el deseo del protagonista puede cambiar a lo largo de la historia, adaptándose a sus necesidades o dependiendo de la situación en que se encuentre.
Deseo inconsciente y contradictorio
Esta característica es opcional pero dota de mayor profundidad al protagonista. A veces el deseo consciente surge por presiones externas como responsabilidades o el qué dirán. Otras veces el personaje simplemente guarda una meta en su subconsciente que él mismo desconoce.
El deseo inconsciente pone en conflicto al protagonista, produciendo situaciones contradictorias que cuestionan lo que se espera de él contra lo que realmente quiere.
Convicción con su meta
El objetivo cuenta con un significado relevante para el protagonista. Cree en él y por ello lucha contra la adversidad para conseguirlo. El objetivo está relacionado con la personalidad del protagonista y su entorno. No buscará lo mismo un personaje mezquino y mentiroso que otro valiente y honorable.
Oportunidad para conseguir su deseo
Al igual que su deseo tiene que ser convincente, también deberá ser posible. El tiempo y esfuerzo que gasta en obtenerlo está justificado por su recompensa, aunque al final no lo consiga.
Aunque solo disponga de una oportunidad, por mínima que sea, y para ello deba enfrentarse a otros aspirantes, la meta del protagonista siempre podrá ser alcanzada en algún punto de la trama. También aprenderá o contará con las cualidades y características que le conducirán hasta su meta.
La empatía
Da igual que el protagonista desprenda simpatía o sea un incomprendido, la empatía es crucial para congeniar con los lectores. La empatía implica que otros serán capaces de ponerse en su lugar, comprender su situación y decisiones. Si el público entiende las razones de sus actos, habremos creado un fuerte vínculo entre ellos y la historia. Para ello, lo mejor es mostrar sus sentimientos, su día a día y transmitir las razones que le mueven.
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