Mi primera experiencia con Philip K Dick la tuve de forma indirecta, ni siquiera fui consciente de su existencia hasta muchos años después. Ocurrió durante aquella etapa tan difusa en mi memoria entre la niñez y adolescencia, recuerdo disfrutar de la película Desafío Total en televisión. El protagonista visita una empresa donde implantan recuerdos para poder vivir una experiencia como agente secreto en Marte, hace un viaje ficticio que le resultaría imposible de costear en la realidad. El resultado es una aventura que pone en duda si es un recuerdo falso o si realmente era un agente secreto al que le implantaron recuerdos para hacerle creer que es una persona normal. La película está inspirada en el relato de Dick “Podemos recordarlo todo por usted”.
Este es uno de los temas más recurrentes dentro de las novelas y relatos de Dick. Personajes que cuestionan su realidad, personajes que viven con sus mentes atrapadas en una simulación donde hay una fina capa entre lo real y lo ficticio. Son historias que tratan de confundir al lector sobre lo que es verdadero. El propio Philip K Dick declaró en una convención de ciencia ficción que creía vivir en una simulación, que era capaz de verse a sí mismo en diferentes presentes de otras realidades. Una consecuencia de sus problemas psicológicos sumado a su adicción a las drogas.
El primer libro que leí del autor es Ojo en el cielo, una de sus novelas más desconocidas donde un grupo de personajes sufren un accidente durante un experimento militar. Como resultado los personajes se encuentran en un mundo a priori real pero con reglas distintas a las que recordaban. Descubren que el accidente los ha trasladado a una realidad que es fruto de las mentes de los accidentados. La trama los conduce a distintos mundos donde los miedos y valores de cada personaje condicionan las normas establecidas, mundos donde uno de los personajes se convierte en un dios.
La paranoia de Dick sobre una falsa realidad le viene de su infancia, un periodo que comparte con su inseparable hermana gemela Jane, la cual se convierte en una de las personas más influyentes para él. Aunque la realidad es que su hermana murió seis semanas después de nacer. El joven Philip contó con una infancia tan solitaria que complementó con una amiga imaginaria tras escuchar continuamente la historia de su hermana fallecida.
Las personas tenemos una visión de la realidad basada en nuestras experiencias, en nuestros recuerdos, pero qué pasaría si la tecnología pudiera introducir nuevos recuerdos felices o eliminar momentos traumáticos. Así surgió la idea de “Podemos recordarlo todo por usted”. El autor explora el impacto de la tecnología en la consciencia del hombre aunque siempre con una visión oscura donde abunda la suciedad, corrupción y desintegración.
La imaginación de Philip K Dick junto a sus síntomas de esquizofrenia y el consumo de drogas le ayudan a predecir un futuro donde la ciencia cambia la percepción de lo que es real.
Su obra más reconocida ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de la que ya hablé anteriormente en el blog, pone en cuestión qué significa ser humano. En un mundo donde la tecnología es tan avanzada que es casi imposible diferenciar un ser humano de un androide la empatía es la única forma de demostrar humanidad, convirtiendo las actividades empáticas como cuidar animales domésticos en una obsesión por ganar reconocimiento social. La propia obra trata de confundir al protagonista sobre si es realmente un androide o un humano.
Para muchos la obra más célebre del autor es Ubik, aunque después de leerla he de decir que me cautivó como presenta su mundo pero se diluye por la obsesión de llevarnos a un mundo falso. El problema no es introducirnos nuevamente a una simulación sino hacerlo de forma tan similar como en obras anteriores, como Ojo en el cielo.
Philip K Dick es un visionario con una mente única para construir mundos pero sus obras pecan de no saber hacia dónde van. Las resoluciones de sus obras son mediocres, al menos en general. Él mismo reconocía utilizar el I-ching, un método de adivinación chino, para conducir las tramas de sus novelas. Esto implicaba que cada vez que tenía problemas para resolver la historia hacía uso del azar. Si el autor se topaba con un pronóstico convincente la historia continuaba por dicha senda.
Este método de escribir, de adivinar diferentes posibilidades para un mismo conflicto, derivó como una idea temprana de los multiversos. A raíz de este método desarrolló la novela El hombre en el castillo, aunque esta es una historia de la que no puedo hablaros al tener pendiente su lectura.