El delgado hilo de la esperanza

promo como escribir un libro
No difundir imagenes
Parece que hay a quienes no les entra en la cabeza

Ayer, el terrible atentado de Barcelona azotó las redes sociales y más tarde todos los medios, un auténtico acto de barbarie que no tiene justificación ninguna y que por mi parte solo genera rechazo y repulsa. Desde el primer momento, empezaron a fluir datos, noticias y toda clase de información sin control. Desde fuentes oficiales pedían no publicar las terribles imágenes de las víctimas y hacer caso omiso de fuentes no fidedignas. Aún así, periódicos digitales españoles empezaron a difundir informaciones falsas sin contrastar, y lo peor, acompañadas de vídeo y fotografías crudelísimas, que no hacían más que acrecentar el miedo y la confusión. ¿Qué ocurre con el periodismo? ¿Acaso todo vale por las malditas visitas? También por Whatsapp, se estaba difundiendo ciertos vídeos. No entiendo cómo alguien puede pasearse mientras graba a gente herida y sufriendo.

Luego, las horas pasaban y salía a relucir el odio. Da igual, dirigido al de siempre, la cuestión es señalar culpables. Los primeros rechazos hacia el colectivo islámico, asperezas hacia los independentistas catalanes o señalando a los partidos políticos “poco patriotas”. He tenido que escuchar a gente de mi círculo cercano reprochando que si en la calle tal hay una mezquita donde “estos tipos se juntan para rezar” o “habría que matarlos a todos o echarlos del país”. Hasta he visto comentarios en las redes sobre las connotaciones machistas que han propiciado este tipo de actos terroristas. ¿Estamos locos? Ahora más que nunca necesitamos estar juntos, volcar nuestra solidaridad y amor hacia los demás, da igual que ideología, orientación sexual o religión procesen.

A pesar de todo, aún queda esperanza. Los taxistas de Barcelona han ofrecido servicios gratuitos. Muchos han corrido a los hospitales a donar sangre. Vecinos de las cercanías han ofrecido una cama y comida a quienes se veían atrapados en la zona, han repartido agua y comida a quienes permanecían encerrados en sus coches. Y en cualquier parte del mundo hay personas que con un fuerte abrazo o unas palabras han tratado de consolar a otras.

Solo añadir mi apoyo y condolencias a las víctimas y sus familiares. Y ánimos a la gente de Barcelona, Cataluña, España y a todas las personas de buen corazón.

@NeoToki0

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