¿Para qué escribir?

Cuando comento a amigos y conocidos mi intención de escribir me achacan, la mayoría de veces, que no tengo futuro. Me dicen que la gente ya no dedica tiempo a leer y prefiere contenido más fáciles de digerir, como vídeos chorra por Internet. Me recomiendan desarrollar contenido del tipo audiovisual, incluso que me proponga crear un canal de youtube.

En parte entiendo lo que dicen pero igualmente veo un obstáculo en sus recomendaciones y mucha facilidad en opinar sobre los intereses ajenos. Para plasmar ideas en vídeo se necesita equipo y conocimientos de edición, además de soltura en diversos programas.

Las distracciones a las que nos vemos sometidos hoy día, gracias o culpa de las nuevas tecnologías, aumenta nuestro lado vago. Incrementa la tendencia a dejar de leer, nos acomodamos a que nos lo den todo masticado para que no nos pese al digerir. Para muchos leer es un esfuerzo. Triste.

Ahora bien, vivir de escribir, que tus libros sean un éxito y alcancen a la mayoría posible es un reto complicado. Así que si vamos a hacerlo que sea por otra razón que nos llene.

Escribir para aprender. Mejorar las estructuras gramaticales, aprender a expresarte y organizar las ideas que rondan por la cabeza.

También escribir para convertir mentiras en verdad, evadirnos un poco de la cruda realidad e inventar mundos nuevos, vivir experiencias que de otro modo nunca conoceríamos. Conocer personajes irreales. Con las palabras trasladamos a los lectores a mundos que no existen.

Para disfrutar y llenarnos de satisfacción al acabar un texto. Sentirnos orgulloso de la creación de uno mismo. Perdernos en las agujas del tiempo ante un papel vació.

Se escribe para crear y llenar de experiencias al lector. Evocar sentimientos verdaderos. Se escribe para disfrutar de la vida, llenarla de detalles hermosos, para reír y llorar, amar u odiar.

Imaginando el Mundo

A la hora de empezar una historia de fantasía o ciencia ficción el primer elemento a tener en cuenta es el mundo, es la mayor diferencia con respecto a novelas de otros géneros. Debe ser sólido y profundo.

Antes de esbozar los primeros manuscritos, antes de definir a los personajes y la trama, hay que conocer el mundo donde se desarrollarán los acontecimientos y definirlo bien en nuestra cabeza, o apuntando para no olvidarnos. Las ciudades y las distintas gentes que habitan en ellas, la economía que los mueve, conflictos entre potencias, trazar fronteras y definir la geografía. Hay que aclarar las tecnologías o reglas de las cuales dispondrán los personajes. Dibujar un mapa ayudará.

En novelas de otros géneros, la historia se desarrolla en la actualidad, en el pasado, o incluso en ciudades o regiones ficticias, pero con características reales y funcionamiento claro, iguales a las que vivimos día a día o se vivió en el pasado. Si acaso necesitaremos documentarnos, en el caso de otras épocas, o visitar lugares para familiarizarnos. Con la fantasía y ciencia ficción moldeamos todo el mundo en nuestra cabeza y mientras más desarrollado y amplio mejor a la hora de escribir. Obtendremos más credibilidad en la narrativa, potencial en las descripciones y un pilar para sostener los giros de la trama. Quizás para un relato corto o en una historia con pinceladas leves de elementos fantásticos sea innecesaria tanta precisión, pero en la mayoría de casos debemos esforzarnos por recrearlos de vida propia.

Todo esto no implica que debamos narrar cada mínimo detalle, hay que describir lo primordial para poner en situación al lector. Si en nuestro mundo hay androides, basta con cruzar al protagonista, o secundarios, con algunos para que el lector comprenda que existen. Un buen mundo dotará de mejor trasfondo a los personajes, a sus conversaciones y modos de vida. Enriquecerá y dará sentido a los habitantes de ciudades, estaciones espaciales o cualquier escenario que se nos ocurra. Facilitará el trabajo cuando se utilice la magia o cuando la nave espacial necesite reparaciones. El mundo nos ayudará a desarrollar con claridad nuestra historia.

El Camino

Según cantaba Bilbo Bolsón: “El camino sigue y sigue desde la puerta. El camino ha ido muy lejos, y si es posible he de seguirlo recorriéndole con pie decidido hasta llegar a un camino más ancho donde se encuentran senderos y cursos. ¿Y de ahí adónde iré? No podría decirlo.” Como todo camino, lo mejor es comenzar por el principio. Oficialmente doy por inaugurado mi blog Mundos de Leyendas donde contaré mis andaduras literarias sobre historias de ciencia ficción y fantasía. Aquí hablaré sobre mis divagaciones, dudas, avances, errores y tropiezos que encuentre por el camino.

Si bien este blog no es el principio, sí que lo considero un importante paso adelante. A través del blog llegaré a más gente. Al principio ideas abstractas germinaron en mi cabeza, sutiles escenas se reproducían en mi mente, personajes que se forjaban y vivían pequeñas historias. Al pasar el tiempo decidí hornear y darle forma a toda aquella materia bruta en papel. De aquello hace demasiado tiempo. Que horror de escritos, era normal. ¿Cómo se aprende a escribir? Escribiendo. Mi experiencia en esos días era de cero, ahora es algo mayor y en el futuro dependerá del tiempo que le dedique. Esta es otra razón por la que nace Mundos de Leyendas.

Mis textos no aparecerán por arte de magia en las manos de nadie, pero si puede salir una referencia a Mundos de Leyendas buscando en google o alguien puede sentir curiosidad por un enlace que comparte su amigo en twitter. Si con este blog tengo la fortuna de realizar el viaje acompañado, llegaré más lejos aunque avance más despacio.

Como decía Epictetus: “Si quieres ser escritor, escribe.