Hace unos días leí una reflexión en El Destrio sobre lo que no se ve, no es, hablaba sobre el velo que cubre a las personas de la sociedad moderna debido a nuestro estilo de vida. Las palabras de Israel me recordaron un pensamiento que tengo en mente desde hace tiempo, las personas no quieren leer.
Bueno, hay muchos que leen, aunque a veces necesitan que les digan qué leer. Otros no es que no quieran, simplemente no lo hacen por pereza o por cualquier otra excusa vaga. La madre de todas las escusas es no tengo tiempo. No es creáis esto, aunque salga de vuestra boca. Todo el que lo dice se autoengaña o quiere cerrar el tema por vergüenza a afrontar la realidad. Cuando menos te lo esperes esa misma persona sin tiempo te recomendará una serie maravillosa que no puedes perderte.
Del mismo modo que muchos ni tocan un libro con un palo, en las calles nos encontramos que todos están enchufados a su teléfono móvil, devorando conversaciones de whatsapp o hurgando en la vida de otros por medio de las redes sociales ¿Qué leemos? ¿Qué buscamos? ¿Acaso nos escondemos de quienes nos rodean?
Cuantas veces escuchamos o nosotros mismo soltamos: me gustaría… o debería… ¿Por qué no lo hacemos? Estamos rodeados de gente que le gustaría emprender nuevos proyectos, pero nunca se pone a ello. Nuestra cultura se ha visto sometida a las prisas, intentamos cosechar los cultivos sin ni siquiera pararnos a sembrar una semilla. Parece que nos da miedo el fracaso, cuando fracasar es el único modo que contamos para innovar.
La cuestión es que la masa social ha renegado de los libros, de historias tan maravillosas que son capaces de transportarnos a otros mundos, a pesar de vivir en una época en la que la gran mayoría de la sociedad ha sido alfabetizada.
- La pirámide de Fraytag o estructura narrativa en 5 actos - 29 agosto, 2023
- Los 3 pilares para hacer una trama envolvente - 22 agosto, 2023
- Los libros o sagas de fantasía más influyentes de la literatura - 8 abril, 2023
Vivimos en una sociedad de consumo rápido y fácil, y leer, obviamente, necesita de un tiempo y de una cierta concentración.
Se llevan las historias rápidas que se leen sin pensar demasiado, después se olvidan y a por otra historia light que nos evada de la realidad sin requerir un esfuerzo.
Es triste pero así es.