Storytelling: el arte de escribir

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Alicia en la fiesta del té

Escribir una historia es un proceso complejo. Necesitamos algo interesante que decir y saber plasmar las ideas con palabras, pero también encontramos el problema de cómo contarlo. La forma de contar una historia es la diferencia entre enganchar a un lector o aburrirlo para que pierda el tiempo en otra cosa. De este concepto nace el storytelling, una metodología para atrapar a los lectores con nuestro mensaje.

¿Qué es el storytelling?

Podemos definir el storytelling como el arte de contar historias. Es la forma de aprovechar los recursos narrativos, personajes y ambientación, para despertar los sentimientos del lector. El storytelling no se limita a la narrativa, es una técnica muy extendida en el mundo del marketing donde relacionan un producto con emociones para alcanzar mayores ventas.

Siendo más específico, el storytelling es una serie de técnicas o de herramientas para atrapar al lector por medio de los sentimientos, manteniéndolo en un estado de predisposición ante el mensaje que vamos o estamos contando.

¿Cómo utilizar el storytelling?

La clave al utilizar el storytelling es que los lectores se sientan identificados. Quieren ser los protagonistas de la historia, sumergirse en sus relaciones y experiencias, quieren sentirse héroes. Alcanzar el dominio del storytelling requiere experiencia, por ello, antes necesitamos algo que contar.

Buscar soluciones para enganchar a los lectores sin tener una historia bien planificada y desarrollada es como comprar un casco de carreras para la moto que todavía no tenemos. Escribe, experimenta cambiando los roles de los personajes, prueba con diferentes introducciones y nudos, prueba con finales abiertos. Idea todas las tramas que se te ocurran, pero sobre todo diviértete desarrollando y escribiendo.

Después de trabajar duro la escritura es momento de diseñar experiencias que atrapen a los lectores e inviten a conocer toda la historia en profundidad.

1. Conoce a tu público

Conocer al público objetivo nos sirve para saber cómo comunicarnos. El lenguaje que utilizamos o los recursos tienen distintos efectos para cada persona. Por ejemplo, un público adolescente se sentirá identificado si la trama se desarrolla en torno a una escuela, como Harry Potter, donde vemos compañeros cercanos, rivales, profesores amables o duros como tiranos, pero sobre todo encontramos elementos del día a día de los jóvenes. Los adultos, por su parte, esperan temas más crudos sin necesidad de tabúes.

Si escribimos una historia de ciencia ficción podemos introducir algún guiño a un clásico famoso que saque una sonrisa del lector habituado a dicho género.

2. Despierta emociones

Los sentimientos son un lenguaje universal que entienden todas las personas, con ellos creamos empatía. Si somos capaces de conectar con los lectores se sentirán identificados con la historia.

Cuando un protagonista se enfrenta a pruebas o problemas hay que reflejar los sentimientos de impotencia y frustración. El lector debe sentir cómo flaquean, cómo se equivocan o buscan motivaciones. Cuando superen las dificultades el lector sentirá alivio.

Recordemos que las personas no somos perfectas, lo defectos nos definen, así que los personajes con defectos serán más creíbles e identificables para el lector. Aléjate de arquetipos como Mary Sue a no ser que te dirijas a un público joven o poco experimentado en narrativa.

3. Utiliza un gancho

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El gancho. Toy Story.

El comienzo de una historia es clave para conectar con el lector. Los primeros compases deben presentar preguntas, incógnitas o problemas que despierten el interés, el deseo de saber más. Los lectores buscarán cualquier excusa para dedicarse a otra tarea.

Un gancho es un recurso para despertar tensión o dudas. Por ejemplo, una novela comienza con un detective que se despierta porque alguien aporrea la puerta de su casa violentamente. Al abrir se encuentra con su vecino tratando de asesinarlo pero muere durante la trifulca. Presentaba síntomas de algún tipo de droga que le provocaba el estado agresivo. Dicha situación da pie a querer saber qué ocurre y por qué.

Pero los ganchos no se limitan al comienzo de una historia, las preguntas y los problemas se deben dosificar durante la trama. Superar retos y resolver dudas generará satisfacción pero siempre manteniendo el ritmo. Los cliffhanger son ideales para finalizar capítulos si los proponemos de la manera adecuada.

Daniel Arrebola
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6 thoughts on “Storytelling: el arte de escribir

  1. Como siempre, muy útil. Recientemente cambié el inicio de mi novela precisamente para aplicar lo que dices del gancho. Sin duda cambia el ritmo de entrada de la lectura e invita a seguir con la lectura. Un abrazo.

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