El alimento de la musa

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La Musa con lira de Leopold Schmutzler

La musa, la inspiración, el arte, la creatividad, las ganas de escribir. Existen muchos nombres para referirnos a lo mismo, a esa fuerza invisible que nos inunda de ideas y nos alienta a escribir (en el caso de los escritores). Hay quienes nos cuentan consejos para atraerla mientras que otros rechazan su existencia como tal, asegurando que las grandes obras se consiguen con perseverancia y experiencia.

Para mí, la musa es un estado de lucidez, o embriaguez, cuando estamos rebosantes de energía y nada limita nuestras ganas de escribir, cuando las idean brotan con coherencia y somos capaces de plasmar nuestras ideas con palabras adecuadas. La inspiración nos persigue cuando le viene en gana. Si la agarramos demasiado fuerte se desvanece y si mantenemos una extrema prudencia se nos escapará de entre los dedos.

Hace bastantes meses, más de un año para ser concreto, priorizaba el contenido de este blog frente a mis proyectos literarios. Cuestiones de marketing online, si no tienes blog no eres nadie, si no escribes contenido de calidad nadie conocerá tu página y sin lectores nadie contratará tus servicios, comprar libros en mi caso. El problema surge cuando transformas una afición que amas en una prioridad, sin llegar a ser un oficio por los precarios ingresos.

Cuando nos vemos obligados a trabajar con desgana esa pasión se convierte en sufrimiento y solo pensamos en acabar, en vez de crear arte. Y créeme que la inspiración vive de la pasión, ese es su alimento. Tras esforzarme en mis artículos: pensar temas, documentarme, escribir, revisar, SEO, etc., me quedaba sin ganas para dedicar tiempo en mis libros. Escribir me quemaba.

Mi propio blog se había convertido en una verdadera molestia. Cada vez que pensaba en él lo repudiaba. Escribía por inercia algunos de los temas planeados. Aunque por encima de todo estaba el sentimiento de derrota y por eso continué, no quería abandonar el trabajo de los últimos años. Si mantenía la misma dinámica durante mucho tiempo acabaría desapareciendo sin previo aviso, por envenenar mi creatividad. Cansado, vencido. Prefiero prescindir de la importancia del blog como herramienta de marketing, para que sea mi confidente y no una obligación.

Gracias a esto, he trabajado más en mi novela últimamente. Había olvidado el amor de crear, de introducirme en mi cosmos interno para darle forma. Casi lo pierdo todo por la ambición de trabajar el marketing ciegamente. Casi quedo atrapado en un cuerpo anciano con la viveza de un niño en el interior incapaz de utilizarla. Por ello, a partir de ahora mis ganas y mi escritura remarán en otra dirección, al lugar donde realmente deseo estar. Por eso mismo os aconsejo escribir lo que os gusta, porque solo así la musa os acompañará durante el camino.

Daniel Arrebola
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One thought on “El alimento de la musa

  1. Conozco esa sensación demasiado bien… desgraciadamente, los escritores hoy en día tenemos que promocionarnos a nosotros mismos, a pesar de que ése es un trabajo no solo diferente al que deberíamos tener sino que suele chocar con nuestras aspiraciones artísticas. El ideal sería poder dedicar todo nuestro tiempo a escribir, y que al marketing se dedicaran otros.

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